La mejor forma de asegurarnos que los niños y niñas sean hombres y mujeres preparados para los desafíos de nuestra era, es formar hábitos desde pequeños, hábitos positivos por supuesto que les ayude a mantenerse firmes y fuertes en este mundo tan cambiante.
Todos tenemos la concepción que formar un hábito es tener una rutina, que efectivamente es cierto, pero no es lo único Charles Duigg plantea claramente un ciclo de hábito que podríamos trabajar con nuestros hijos y que permitirían que se mantenga en el tiempo.
Duigg plantea que el ciclo del hábito es: Estimulo, rutina y recompensa, sin embargo, Robín charma en su libro de “el club de las 5 de la mañana” lo complementa con la repetición, se presenta aquí la imagen del ciclo.
Si analizamos todos los hábitos que quisiéramos lograr en nuestros hijos podrían tener esta secuencia cito aquí un ejemplo práctico:
Hábito: Leer diariamente
Estimulo: Puedes generar un estímulo cuando incentivas a tu hijo a compartir tiempo contigo, a conocer una nueva historia que es fascinante o simplemente a realizar una actividad que te permita cambiar de ambiente y descansar más rápido.
Rutina: Si el niño tiene el estímulo adecuado, él mismo será quien te pida que lean juntos o cuando sea adolescente seguramente dentro de sus regalos preferidos estará un libro. Lograr una rutina implica elegir una hora todos los días, un espacio adecuado y sobre todo que sea agradable.
Recompensa: Puedes como padre dar una recompensa a tu hijo cuando termine de leer un buen libro, que tal una invitación a almorzar o ir a su parque favorito en familia.
Repetición: La repetición es clave ya que solo así hará que se afiance el hábito luego debes ser constante, ojalá acompañar a tu hijo varios días hasta que afiance el hábito. Seguramente para ti también será divertido.
Simple y sencillo es hora de empezar.
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